El escenario político brasileño actual está fuertemente marcado por concepciones “desarrollistas” que remiten al período de la dictadura militar
El escenario político brasileño actual está fuertemente marcado por concepciones “desarrollistas” que remiten al período de la dictadura militar, con proyectos y prácticas de gestión pública que se caracterizan por una falta de respeto a los derechos humanos y, un retroceso en la protección medioambiental y de la supervivencia física y cultural de los pueblos indígenas.
En este contexto, es fundamental que la opinión pública, nacional e internacional se movilice de manera urgente con el fin de divulgar el elevado nivel de vulnerabilidad de los pueblos en aislamiento y, sobre todo, dar a conocer los casos en los que resulta necesario confirmar su existencia y la inminencia de prácticas veladas de genocidio. De lo contrario, estos pueblos verán su existencia invisibilizada y diezmada en el territorio brasileño.
Una de las formas con las que las organizaciones indígenas, indigenistas y los organismos multilaterales pueden contribuir es a través de la creación de espacios de monitoreo de la situación de los pueblos aislados. Las instituciones de la sociedad civil pueden auxiliar también a través de la presión política al Gobierno brasileño para hacer valer los derechos constitucionales conquistados por los pueblos indígenas y para que no haya retrocesos en la legislación vigente.
Por otro lado, es fundamental el fortalecimiento de la FUNAI, órgano oficialmente responsable de la investigación y confirmación de la presencia de pueblos aislados. Es necesario aumentar y formar nuevos cuadros, así como incrementar los aportes financieros necesarios para la ejecución de esas investigaciones, que se traducen en expediciones y trabajo de campo.
Los avá y los tapayuna encontraron una forma de fortalecerse en su resiliencia. Reemergieron como pueblos independientes y luchan por la reconquista de su territorio. Viven un proceso de recuperación demográfica y hoy hay 27 indígenas avá y más de 200 tapayuna. Sin embargo, hay riesgo de una probable escisión de los pueblos que permanecen en situación de aislamiento.
Los casos de los pueblos Tapayuna y Avá-Canoeiro del medio Araguaia nos demuestran las dramáticas consecuencias de los contactos compulsivos, de los traslados y de la falta de respeto a su modos de vida y territorialidad. En ambos casos, hay fuertes indicios de que integrantes de estos pueblos han permanecido en situación de aislamiento. Es necesario, de forma urgente, realizar investigaciones sobre la presencia de poblaciones indígenas en situación de fuga y aislamiento con el fin de evitar otros genocidios.
Algunos de esos pueblos viven el Escudo Guayanés, región en la que se planifican proyectos económicos. Es esencial y urgente desarrollar en profundidad investigaciones sobre las 44 referencias de aislados localizados fuera de tierras indígenas y fortalecer a la FUNAI para que tenga la capacidad técnica y operativa para realizar dichas investigaciones. La asociación con sectores de la sociedad civil y pueblos indígenas es también un aspecto importante de esa lucha con el fin de garantizar la supervivencia y respeto a los modos de vida de los pueblos indígenas en Brasil.
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