En el marco del seminario regional Derecho a la autonomía y la justicia indígena, el líder del pueblo Wayúu explica cómo las comunidades son afectadas por los parques eólicos establecidos en La Guajira: desde la guerra entre familias hasta los daños en la visión y el oído. El dirigente del Caribe colombiano cuenta la visión de su pueblo sobre el autogobierno, la práctica del palabreo y el vínculo con el territorio.
Debates Indígenas: En el seminario, las y los líderes de diversos pueblos de América Latina discutieron el derecho a la libre determinación. ¿Cómo entiende el pueblo Wayúu a la autonomía?
Eliel Castillo: Nosotros tenemos una forma de ser, de vivir y de existir llamada Akuaipa. Eso es lo que nos permite poder caminar en armonía y en equilibrio entre el territorio, las plantas, los animales, los astros y los elementos naturales. Nunca hemos tenido a alguien o algo que sea de otro lado que tenga que ver con nosotros. Nosotros asumimos la autonomía como lo que nos enseñaron nuestros padres: nos lo entregaron de herencia y nosotros lo hemos transmitido de generación en generación. Y lo hemos conservado. Nunca hemos dependido de alguien ajeno a nuestra cultura para poderla ejercer, para poderla practicar y para poderla transmitir.
DI: ¿Cómo se relaciona la práctica tradicional del “palabreo” con la autonomía?
EC: La cultura wayúu se relaciona con la escucha y el diálogo. Para poder aprender el conocimiento antiguo de nuestros antepasados, uno debe aprender a escuchar. La única manera de poder entender es escuchando. Es un modo de formación que le devuelve al ser humano la posibilidad de aquietar su vida para aprender. De este modo, nosotros transmitimos lo aprendido a las próximas generaciones. El wayúu siempre se ha caracterizado por eso: podemos pasar una semana escuchando y luego transmitir nuestros aportes para seguir fortaleciendo el conocimiento antiguo de nuestros padres. Sin embargo, la sociedad ha perdido la capacidad de escucha: siempre queremos hablar, siempre queremos decir, siempre queremos participar, pero nunca queremos escuchar.
DI: El pueblo Wayúu se organiza a través del vínculo matrilineal, ¿cuál es el rol de la mujer?
EC: En nuestro pueblo, existe la característica de la complementariedad y la dualidad. El equilibrio entre la claridad y la oscuridad; el equilibrio entre el lluvia (que para nosotros es hombre) y la tierra; el equilibrio entre el frío y el calor. Es muy importante el rol de la mujer porque ella es la que gesta la vida, la que la protege y la que tiene el deber de formar. De ella depende la existencia de nuestro pueblo. La mujer wayuú nace de la tierra y se representa con la mar: son los vientres que han parido nuestra cultura.
Eliel destaca que la cultura de los wayúu se caracteriza por la escucha y el diálogo. Foto: Andrés Unterladstaetter / Iwgia
Eliel destaca que la cultura de los wayúu se caracteriza por la escucha y el diálogo. Foto: Andrés Unterladstaetter / Iwgia
DI: ¿Cuál es la importancia de los ancianos en la comunidad?
EC: El hombre, los abuelos, el papá y los tíos maternos forman a los hombres wayuú para que cada uno aprenda y tenga claridad sobre su rol dentro de la cultura. Y para que al encontrarse con una mujer pueda equilibrar el conocimiento. Como hombre, aprendí de mi abuelo la manera de vestirse, incluso recuerdo que me decía que como wayúu debíamos aprender hasta la forma de caminar. Para que nos respeten, para que nos valoren, para que nunca tengamos ningún tipo de dificultad. Mi abuelo tiene 92 años y dice que nadie le ha levantado la voz porque él aprendió a vivir como le enseñaron sus abuelos. Y es siempre la invitación que nos hace para seguir transmitiendo nuestra forma de ser, de vivir y de existir como pueblo Wayúu.
DI: ¿Cómo se vincula el pueblo Wayúu con la naturaleza?
EC: El principio que nos caracteriza es el de estar en armonía y en equilibrio con quienes nos rodean: con lo espiritual, con lo natural y, por supuesto, con lo humano. Yo escuchaba la experiencia del pueblo Guaraní que dice que todo lo que existe en el territorio tiene dueño. Nosotros, los wayúu, decimos que todo lo que existe en el territorio tiene sus protectores: el agua, la tierra, la mar, los árboles, los animales son quienes protegen desde la vida espiritual hasta la existencia de nuestro mundo. Para poder relacionarnos con ellos, debemos tener una actitud respetuosa y realizar los rituales correspondientes.
DI: ¿Cómo es la vida de los niños y jóvenes wayúu que viven en el territorio?
EC: De niños, a los 3 años, dejamos de estar con nuestra mamá y nuestro papá para vivir con nuestros abuelos hasta los 12. De ese proceso va a depender que uno siga comprometido con el territorio y con la gente. Yo tuve la oportunidad de vivir en la ciudad, pero siempre con la idea de regresar porque estaban mis abuelos, estaba mi tierra, estaba mi casa: no es lo mismo estar encerrado en la ciudad que estar en un territorio en donde uno puede correr tranquilo.
DI: ¿Qué aprendizaje le dejó la experiencia de vivir fuera del territorio?
EC: Vivir en la ciudad me enseñó el valor de los pueblos indígenas para el mundo por ser la garantía de vida y por cuidar los recursos que la naturaleza nos brinda. Me enseñó que los jóvenes debemos ejercer el liderazgo desde el territorio. Aunque mi territorio es de difícil acceso y es muy extenso, ya estamos acostumbrados a la dinámica de viajar, de andar y de caminar. Nosotros seguimos comprometidos con permanecer en el territorio para llevar el conocimiento que no tenemos y poder fortalecer los procesos.
Parque Eólico Jepírachi. En La Guajira, la energía eólica se desarrolló a partir de la miseria del pueblo Wayúu. Foto: Indepaz
Parque Eólico Jepírachi. En La Guajira, la energía eólica se desarrolló a partir de la miseria de los wayúu. Foto: Indepaz
DI: ¿Cómo se relaciona el pueblo Wayúu con el modelo de desarrollo que promueve la sociedad no indígena?
EC: Hay una noción de desarrollo que tiene que ver con el agua, la energía, el gas y todo eso que en la ciudad la gente necesita para poder vivir en ese pedacito de tierra. Sin esos recursos, las ciudades no avanzan. Las grandes multinacionales han proyectado ese modo de vida como desarrollo: tener un lugar con las condiciones adecuadas para que la gente viva. Supuestamente eso hace crecer la economía. A los pueblos indígenas también nos han querido convencer de que adoptar esa forma de vida también nos permitiría desarrollarnos. Por suerte, no ha sido así.
EC: En el territorio wayúu, hace 45 años llegó la explotación del carbón bajo la promesa del desarrollo. Según el censo de 2018 realizado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), La Guajira es el segundo departamento más pobre del país. Estamos en un nivel de pobreza del 92,5% a nivel multidimensional y monetario, tanto que una mujer que trabaja como empleada doméstica gana 20 dólares al mes. Entonces llegó el carbón, hace 30 años se comenzó a explotar el gas, hace 25 años tuvimos el primer parque eólico y, sin embargo, la pobreza no para de crecer. Las llamadas “energías limpias” supuestamente son mejores que el carbón, el gas y el petróleo, pero para el pueblo Wayúu siguen teniendo el mismo impacto a nivel natural, social, ancestral y espiritual.
DI: Entonces, ¿los parques eólicos no han beneficiado al pueblo Wayúu?
EC: Hoy tenemos una invasión de parques eólicos que fueron instalados bajo las condiciones de otros gobiernos con el único objetivo de generar ganancias. Nos presentaron los parques eólicos como una mejor opción, pero tienen el mismo impacto. Los molinos de viento son justificados como una energía que contribuye a mitigar el cambio climático, pero lo único que se busca es seguir llenando las arcas de las multinacionales a costa de la deforestación del territorio, la muerte, la pobreza y la miseria del pueblo Wayúu. Cambia el nombre, pero tiene el mismo nivel de impacto que antes.
DI: Puntualmente, ¿cuál es el impacto de los parques eólicos?
EC: A raíz de la llegada de las multinacionales a La Guajira, hoy hay guerras entre familias wayúu que generaron muertos. Muchos de ellos por defender el valor del territorio y la conservación para nuestra pervivencia. A esto hay que sumar la extracción de metales que se usan para construir esos molinos de viento: en el departamento hay autorización para explotar cobre, oro y, todavía, más carbón. Sin embargo, los molinos no se construyen en Colombia, sino en otras partes del mundo; exportamos la materia prima de bajo valor agregado y luego importamos el producto final. Finalmente, el sonido que emiten las aspas afecta al oído, mientras que las sombras de los molinos cuando dan vueltas provocan daños en la visión.
La llegada de las empresas desarrolladoras de parques eólicos ha ocasionado enfrentamientos entre los wayúu, que incluso han ocasionado muertes. Foto: Damián Andrada
La instalación de parques eólicos ha ocasionado enfrentamientos entre los wayúu. Foto: Damián Andrada
DI: ¿Las comunidades wayúu cuentan con energía?
EC: Las comunidades no cuentan con ningún tipo de energía hasta el momento. No hay ni energía ni garantías de mejorar la calidad de vida en un territorio desértico, de difícil acceso y extenso. También, está la contaminación por los derrames de aceite hidráulico que consumen los motores que mueven las aspas. Y no solo es el parque eólico. Con el parque eólico viene una subestación eléctrica que almacena la energía que generan los molinos. Además, hay que tener en cuenta la línea de transmisión que atraviesa los territorios: en esos caminos de corriente se concentra energía electromagnética.
DI: ¿Cuál es el efecto de la contaminación en el pueblo Wayúu?
EC: Como consecuencia, los wayúu ya no van a morir de abuelos, como antes pasaba. O nacemos con malformaciones o morimos muy jóvenes o vamos presentando patologías relacionadas a la contaminación. Lo que antes era un paisaje hermoso, hoy está lleno de parques eólicos. Para cerrar lo que es la contaminación: a nivel espiritual, la gente ya no va a poder soñar y el sueño es lo que guía la vida wayúu. Vamos a caminar hacia lo que advirtió la Comisión Interamericana de Derechos Humanos: el exterminio físico y cultural de los wayúu, uno de los pueblos más numerosos de Colombia.
DI: ¿Cómo se posicionó el pueblo Wayúu frente al cambio histórico que significó la llegada de Gustavo Petro al poder?
EC: Tenemos la esperanza de cambiar la relación entre los territorios y las empresas. Primero, para que se puedan revisar los contratos de las empresas ya instaladas en La Guajira. Segundo, para mejorar la calidad de vida de las comunidades y brindar mejores oportunidades a los niños y niñas que van a nacer en los territorios donde se encuentran estos parques. Petro visitó por tercera vez La Guajira a raíz de la tormenta Julia. Las veces que ha estado, ha dicho que los wayúu necesitan ser socios de esas empresas. Petro es una esperanza, nos brinda la oportunidad de cambiar el relacionamiento, la negociación y las condiciones de vida que hemos tenido los wayúu por mucho tiempo.